4.1.07

El Señor de los Tonys


En cada barrio, en cada una de las esquinas, apostados entre las penumbras o a plena luz del día los Tonys se distribuyen por la ciudad como parte del paisaje cotidiano. Pero bajo ese halo de inocencia y despreocupación que aparentan ocultan su verdadera y oscura trama.
Cómo si escrutaran el horizonte en busca de respuestas, pero también como si su indiferencia los eximiera de cualquier ocaso, sus miradas esconden mucho más de lo que realmente demuestran. Múltiples y variadas historias se pueden referir en relación a esta singular especie. Fácilmente identificables, incómodamente reconocibles. Existe tal cantidad de Tonys que hasta permite sospechar que son parte de una milenaria cofradía (de oscuros fines, sin duda). Lejos de ser una novedad, sobrepasaron hábilmente aquel período para convertirse en algo tan característico que ya muy pocos le prestan la debida atención.
Sin alardear de su condición pero al tanto del favor que cumplía para la Humanidad, en su decálogo de principios, el profeta Maremostro advirtió sin vueltas sobre especies que en forma secreta y siniestra buscan administrar el destino de los hombres.
El mandamiento que ocupa el cuarto lugar tras la revelación no deja dudas sobre aquellos de quiénes deben cuidarse los descendientes de Adán. "Si los pájaros se reúnen en campamento, éste se encuentra vacío", anticipa sin más el adagio.

Yánez y su discreta visión

En ciertos libros de procedencia incierta o al menos apócrifa, inculpados al traductor lusitano Hermendo Yánez y que ilustran sobre parte de la vida del ¿desaparecido? Maremostro, es posible apersonarse (conciente de la advertencia sobre su veracidad) de ciertos episodios. En uno de ellos, este controvertido profeta se cruza, cómo en tantos otros, con personajes de distinta índole y credo. El caso específico se remite al encuentro ocurrido durante el verano que precedió al primer invierno del nuevo milenio.
Maremostro, ducho en el manejo de las situaciones supo al instante a quién se enfrentaba en aquel demorado amanecer. En la intersección de ciertas calles del Hindu Kush, tal cómo atestiguó un lugareño, se divisó su encorvada figura. Impertérrito, el Señor de los Tonys dirigía su vista hacia el poniente.

(N de R: El hecho de que la situación haya ocurrido en una indeterminada localidad de los suburbios del Bajo Flores permite aventurar que este dato ha sido deliberadamente manipulado por el traductor)

Cuando todavía varios metros de distancia los separaban, un pájaro emitió un chirrido tan agudo que ambos se sobresaltaron. Disimulando, Maremostro ganó el centro de la calle mientras caminaba con paso ligero. Aún flotaba en el ambiente el olor de una noche cerrada.Sentado en el centro del cruce de los caminos (dominaba el arte del Feng Shui, según trascendió más tarde), el Señor de los Tonys presenciaba su acercamiento. El encuentro fue breve; más que breve escaso, efímero podría decirse. Pero la tensión generada no se diluyó hasta bien entrada la tarde.

El relato de Yánez pierde solidez en este tramo, casi confundiendo la trama en forma adrede. Lo que puede sacarse en limpio de sus páginas es que de la promocionada reunión algo quedó claro. El pacto o unión perpetrada por los desacreditados personajes resultó sellada para siempre ya que a partir de allí jamás volverían a congregarse en una cumbre (advertir los efectos que devinieron de aquel encuentro permite elevar la reunión a la categoría de cumbre).

El no encuentro posterior y la resuelta determinación de advertirlo como una señal de mutuo entendimiento podría llegar a parecer una simplificación de la historia. Pero al detenerse en otros pasajes la de ajetreada vida de Maremostro, la inferencia cae de hecho. En el transcurso de los años sobre la Tierra, este personaje dejará en claro que la intencionada manipulación de los datos no es más que una afirmación última de la verdad.

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3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

La idea de la alteración de datos como confirmación última de la verdad me recordó mucho a la historia de Orwell:1984, donde se iba reeditando la historia para confirmación de lo dicho por el Gran Hermano... Me gustó el comienzo, si esto era un comienzo.

8:44 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

... o sea que el profeta Maremostro no es un tony!, pero entonces de qué especie es?

8:49 p. m.  
Blogger Gashego said...

Clásico entre clásicos. Mr. Sam, si es que se le puede llegar a considerar un Señor, o Mr para otros.

http://www.samugliestdog.com/

Casi con 15 años entre los vivos, dejó su mundo de lujos y fama en un 22 de noviembre de 2005.

Saludos, compañeros, y hasta pronto!

7:23 a. m.  

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